jueves, 31 de mayo de 2007

Adrenalina

Extraño, por ahora, la adrenalina que se siente al estar dentro de la sala de prensa. Tan sólo recuerdo cuando me asignaban mi radio, mi máscara antigas y mi chaleco antibalas y me iba a la calle arreando a mi equipo: Reportero, mosquita (que es como le decimos a la móvil) y microondas.
8 personas en total y yo a cargo, coordinando, con tan sólo 22 años de edad y sin haberme graduado, con unos cuantos pelones a cuestas, pero a fin de cuentas de los errores es de donde más se aprende.

- “CAFITEL, CAFITEL, Prensa”

Era como llamábamos, vía radio, al departamento de cámaras para pedir a mi equipo.

- Adelante Jesusito.

Me respondía el coordinador desde su cabina.

- Omar, mándame a mi equipo por el piso 1, diles que traigan la cava para llevar agua y hielo… y que se traigan sus chalecos, por favor

Como comencé diciendo, la adrenalina inundaba mi cuerpo. Camino a la locación hablábamos, nos poníamos al tanto de las órdenes, le explicaba al camarógrafo qué debíamos mostrar, qué debíamos resaltar, de qué nos debíamos proteger y en ocasiones, qué debíamos ocultar. Llegábamos y montábamos.

- Prensa, Prensa, Jesús Arturo
- Dime Jesús
- Ya estoy montado, por favor chequea la señal.
- Listo. Modula.
- 1, 2, 3… probando
- Perfecto. Prepárate para darte un pase en 10 minutos para que nos cuentes como está la situación por allá.

Eso era, por decirlo de alguna manera, el promedio de las salidas a la calle. Que en tiempos de paros, marchas, contramarchas, elecciones y referendos, no eran pocas.

Ahora contaré la que más recuerdo. La que más adrenalina me produjo pero la que no debería volver a repetir.

Avenida Luis Roche de Altamira, la oposición había convocado a una estrategia que degeneró en payasada llamada “La Guarimba”.

La guardia estuvo todo el día manteniendo a raya a unos 100 manifestantes que se encontraban distribuidos a lo largo de un par de cuadras que hacían esquina con la plaza Francia de Altamira, bastión oposicionista que también había degenerado en muchas ocasiones en pronunciamientos ridículos que no daban pie con bola.

Durante todo el día escuchamos detonaciones. Tragamos mucho, mucho gas lacrimógeno y corrimos hasta más no poder. De hecho, el trípode de la cámara recibió un impacto de perdigón, y no de los plásticos, sino los que usan los guardias más “raticas” para amedrentar como dios manda, perdigones de plomo, por lo que tuve que guarecer un poco más a mi equipo y a mi camarógrafo, no sin antes ganarme un fuerte reclamo de su parte.

Cerca de las 9:00pm se comienzan a retirar los guardias… y corre el siguiente rumor “vienen los círculos, vienen los círculos”
Todo comenzó a bajar de volumen. Mi reportera, una reportera de frontera, acostumbrada a lidiar con la guerrilla y los problemas propios de los límites entre naciones apretó su carácter.

- Prensa, prensa, Jesús Arturo
- Adelante.
- Chamo, pendiente que vienen los círculos.
- Ok, estamos pendientes.

Ya lo decía con toda propiedad. Muy cerca ya se escuchaban las motos rondando como tiburones a una balsa cubana.
En efecto. Repentinamente todo quedó en Mute. Mi reportera no aparecía, sólo se escuchaba mi llamado.

- ¡MILAAAAAGROOOOS!
- ¡MILAAAAAGROOOOS!

No me respondió y tuve que salir a buscarla. Justo cuando cruzaba la calle se escuchó la primera detonación, que luego fue seguida por una infinidad de disparos que no tenían comparación con película alguna. Quizá “Buscando al Soldado Ryan” pueda llegar cerca, pero no recuerdo el sonido de la mini uzi, es inconfundible. Ráfagas rapidísimas que nos seguían por tener chaleco, por llevar carnet de prensa, por tener un micrófono en la mano.

- William, ¡deja la cámara grabando y escóndete!
- ¿William, estás bien? ¡William!

El camarógrafo no respondió. Sólo rezaba porque estuvieran bien. Mientras tanto ya había conseguido a mi reportera… los disparos seguían inundando toda la banda sonora. Nos escondimos detrás de un muro frente a un hotel, las balas comenzaron a rebotar contra el muro, corrimos rápido hacia un estacionamiento, las balas rebotaban ahora allá, nos dimos cuenta de que nos disparaban a nosotros, llegó la cruz roja y trató de cuidarnos, fue entonces cuando decidimos correr lejos de la zona de fuego, corrimos media cuadra y las balas seguían nuestros pasos cada vez más de cerca, por fin llegamos a un vehículo de la cruz roja y nos montamos en pleno movimiento.

Finalmente nos dejaron unas cuadras más arriba, ahora estábamos solos Milagros y yo, esperábamos a nuestro equipo, ya me habían respondido. Estaban bien y nos venían a buscar. Ella y yo caminábamos por el medio de la calle y a una cuadra pasó otra moto y nos soltó otro par de disparos, ambas balas tenían nuestros respectivos nombres pero gracias a Dios fallaron. Llegó el equipo y nos recogió. En el camino hubo un silencio sepulcral que sólo se interrumpía de vez en cuando, cuando nos preguntaban nuestra ubicación vía radio.

Llegamos y agradecí al equipo por haber expuesto su vida y también a Dios por haber cuidado la de todos. No imagino mi sentimiento de culpa si le hubiese pasado algo a alguno del equipo. Finalmente llegamos al departamento de prensa donde todos nos esperaban. Milagros, la reportera fogueada en la frontera colombo venezolana, entre guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes reventó en llanto diciendo que nunca antes había enfrentado nada como lo de aquella noche. Yo por mi parte, me reportaba con mis jefes:

- Felicitaciones, fuimos los últimos en dejar de transmitir

Esas fueron las palabras del vicepresidente de información y opinión. Y tan sólo eso bastó para que hoy, 28 de mayo quiera estar en la calle enfrentando todo lo que mi profesión me pide que enfrente y defendiendo todo lo que mi profesión me pide que defienda. Necesito adrenalina.

1 comentario:

Faaaah! dijo...

ufff... esto me recuerda algo: "cooo...otra vez hay peos en la calle.... dónde estará metido mi hermano?? déjame poner VV a ver cómo está la cosa.... no atiende el celular... q vaina con este carajito! ... le dejaré un mensaje para q se reporte.... (minutos más tarde...) mamáaaaa, ya apareció, está bien"

te kiero brooooooo! tremendo post!